Shanghai, 26/04/07

buffffff, el primer día en Schanjai (que es como lo pronuncian aquí) ya ha pasado. ¡Qué de emociones y sensaciones! Es realmente curioso el shok de llegar aquí sabiendo que te vas a pasar una temporadita, que no eres un mero turista que llega, ve y se va, que esos carteles, que no entiendes, esas personas tan parecidas todas ellas, esa contaminación, esa megápolis, todas esas cosas raras y formas de vida te van a acompañar durante medio año.

Vivimos, Txin y yo, en un barrio muy auténtico. De hecho, la primera impresión, cuando me llevaba camino a casa, me asustó, quizás era incluso demasiado auténtico, las cosas no parecían muy nuevas que digamos. Afortunadamente, después de subir las escaleras propias de un edificio barriobajero chino, comprobé que la casita donde pasaré una pequeña parte de mi vida era muy aceptable y digna, y además, todo luce más positivo al pensar que lo voy a compartir con mi compañero y amigo.

Ya seguiré escribiendo todas las primeras impresiones más tarde, que estoy acaparando su ordenador, y lo que es peor, su sitio en el sofá, que ya ha quedado constatado que el respeto de éste es una norma esencial de convivencia.