Si soy un loco por vivir esta aventura, ¿qué son los que tienen sueños y no los cumplen?

miércoles, 16 de mayo de 2007

Shanghai, 16/05/07

...¡Y Daniel gana tres puntos de experiencia! Ayer recibí mi primera clase de mandarín, lo cual conllevó una cena en un auténtico hogar chino de clase media. Me hubiera encantado hacer un video del momento, porque con palabras no va a ser lo mismo, pero me parecía un poco mal proponérselo.

Menú:

-pollo frío, al que ya estoy muy acostumbrado
-algo semejante a la borraja con tiras de... ¿carne?
-lechuga cocida
-otro vegetal verde brillante cocido de esos que sólo se ven por aquí
-pescado frito seco
-sopa de algas feas que cuando las cogías parecía lo que sacas de un desagüe lleno de pelos-unos caracoles acuáticos que dentro tenían más caracoles más pequeños
-y por supuesto la ración de arroz individual, tan presente como el pan en España

Esto es un menú, típico, típico.

La situación era, como ya he dicho, auténtica, yo sentado a la mesa con dos chinos hablando en su idioma y comiendo a su manera mientras yo procuraba no perderme ni un detalle. Primero aclarar que todos los platos se ponen en el medio y cada uno puede que tenga o no un plato para los desperdicios. A mí, no sé si por ser yo, sí que me tocó algo similar a un plato, más bien una tapa de plástico, pero en el caso de no tener, ¿dónde dejas las cáscaras, huesos y demás? Pues las escupes directamente en la mesa, que ayudarte con la mano sería de mala educación, mejor que caigan por gravedad. Yo al rato de empezar a comer ya tenía la boca y las manos llenas de mierda, porque claro, con cuchillo y tenedor uno se corta el trozo que le cabe en la boca y tan feliz, pero si tienes que comerte un caracol o una pata de pollo con palillos ya me dirás como lo haces para no tocarla ni con la mano ni con los morros; entonces eché en falta las cada vez más apreciadas servilletas, que aquí tanto brillan por su ausencia. Aunque me dio un poco de reparo pedirlas, ya que se lo podrían tomar como “sois un poco guarros y no os limpiáis”, no me quedó más remedio, a lo cual reaccionaron con un “por supuesto” como si se hubieran olvidado, pero desde luego que las usamos, y sacaron un rollo de papel de culo de los baratos. Imaginaros a un chino, de estos que no puedes ni adivinar de color tiene los ojos, engullendo arroz mezclado con algas de la sopa del plato que vuelca con la boca pegada al borde mientras absorbe haciendo algo más que un audible sonido y se para para escupir un trozo de comida y tirarse un eructo, que ¡aquí vale!... yo juro que no he visto nada que mande más a tomar por culo las normas occidentales de civismo en la mesa que eso. Esas formas tan diferentes de concebir las cosas simplemente... me encantan.

Otra imagen para el recuerdo es ver al padre de Xu Hai, nuestro amigo, en camiseta interior y calzoncillos, que por calzoncillos se entiende unos slips dados de talla roñosos, que le daban la figura más antisexi jamás vista.

 

1 comentario:

  1. soy patri la de alco, no puedo parar de reirme con ti blog, pasalo muy bien muchos besos.

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