Shanghai, 27/05/07
¡Vaya fiesta! Sólo a un norteamericano se le ocurre mezclar alcohol y patinaje en una fiesta. Como lo leéis, un tío coge y para celebrar su cumpleaños alquila una pista de patinaje, compra un paquetón de bebida, contrata a cuatro chinos, reparte flyers, que corra la bola y a montarla. Por 10 euros barra libre y a patinar con una cerveza en la mano si te apetece. Desde luego se podría decir que eso no era China, todo americanos, canadienses y unos cuantos hispanos, muchos vestidos de años sesenta que era el protocolo, aunque desgraciadamente no lo sabíamos, con sus camisas psicodélicas, pelucas afro y los patines, ¡qué imagen! Desgraciadamente, no vais a ver esa imagen, porque ¡me dejé la cámara! Cuando llegué me cagué en todo por no haberla cogido, ya intentaré rebuscar por Internet a ver si cuelgan alguna. Otro punto fue que al terminar la fiesta te podías llevar toda la birra que había sobrado, ya ves tú a la gente saliendo del lugar cargando cajas como mulas. Sorprendentemente, aunque se vieron innumerables caídas, no hizo falta ninguna ambulancia. Yo por mi parte me llevé de recuerdo una hermosa rozadura en carne viva en el dedo gordo por llevar unos patines demasiado pequeños y un moratón en la cadera del lechón que me metí justo al final.
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