Si soy un loco por vivir esta aventura, ¿qué son los que tienen sueños y no los cumplen?

viernes, 7 de septiembre de 2007

Shanghai 07/09/07

Como hay alguno que se queja de que últimamente no escribo, voy a hablar de algo que tenía reservado desde el principio, la emoción. (Aviso de que me voy a poner profundo).

Sobre todo al llegar estaba profundamente emocionado, por estar haciendo este viaje, por ir por las calles y ver todo escrito con rayas de una forma indescifrable, por toda la gente a mi alrededor con esas caras tan poco familiares de ojos sospechosos, y bueno, por todos esos detalles, innumerables, que me hacían sentir en otro mundo y como si yo fuera un bicho raro, algo especial. Esa emoción es genial, una sensación intensa, que te pone una sonrisa en la cara, que se puede decir que te hace sentir más vivo y sobre todo más feliz, que es a donde quiero llegar.

Poco antes de partir me leí un libro, “El camino a la felicidad” de Eduardo Punset, que es evidente de que trata. Concluye condensando todo el libro en forma de la fórmula de la felicidad, en la cual la emoción aparece multiplicando el numerador de una división. Al principio me chocó un poco la importancia que se le daba a ese factor en la fórmula, no me había parado a pensar en ello, cualquiera diría que la felicidad te la aportarían la gente, la salud, el dinero…, pero poca gente repararía en añadir la emoción, y lo que es más, hacer que multiplique a los demás factores. Después lo he tenido presente y lo analizo al tiempo que vivo, y es cierto, completamente cierto: la emoción es lo que le da valor a la vida. Si os paráis un momento a recordar, os daréis cuenta de que aquellas cosas que conserváis en la memoria, la mayoría de ellas están envueltas por la emoción, tanto para bien como para mal. ¿Casualidad? …no lo creo. [Pausa para que os paréis a recordar]

Y es que es la emoción lo que hace que el tiempo que vivimos no sea banal, que se atesoren los momentos. Porque cuando uno pasa por delante de un puesto de comida china y sólo lo mira de reojo sin darle ninguna importancia no es lo mismo que si uno abre bien los ojos y piensa “qué curioso, qué viejecita tan entrañable, esto no está en España, esto es diferente a lo que conozco, ¡joder estoy en China y quizás no vuelva en mi vida a ver esto!”.

Os sugiero, por no ponerme exigente y decir os pido, que cuando viváis os dejéis emocionar, fijaros en los detalles y darles importancia, apreciar las tonterías, mirar un poco más allá, pensar, recordar y tener presente que cada momento que vivís ya ha pasado y no va a volver, para que cuando miréis atrás podáis estar satisfechos y saber que habéis vivido y que tenéis grandes y abundantes recuerdos.

Esto lo he escrito a vuela pluma y estoy seguro de que podría explicarlo mejor y que me dejo pensamientos, pero no me voy a extender más y además prefiero que cada uno reflexione lo suyo al respecto, así que aquí queda esto.


1 comentario:

  1. Coincido contigo en lo que dices, espero que sigas disfrutando de tu viaje como lo estás haciendo.
    Un abrazo, EVA

    ResponderEliminar

free web counter