Si soy un loco por vivir esta aventura, ¿qué son los que tienen sueños y no los cumplen?

jueves, 27 de diciembre de 2007

Koh Chang

Singapur 27/12/2007

Después de pasar unos pocos días en Bangkok, casi aleatoriamente, siguiendo no sé por qué los consejos del desaprobado Markus, puse rumbo a la isla de Koh Chang (en tailandés, koh es isla, pero como no usan los caracteres latinos, las transcripciones de cualquier nombre pueden verse escritas de distintas formas). En el ferry ya me junté con una eslovaca que tambien viajaba sola. Juntos nos fuimos a Kai Bae, que decidió ella, pero no me gustó y al día siguiente ya me moví a donde pasé el resto del tiempo, Lonely Beach. En cualquier caso tuvimos una velada entretenida, nos fuimos a comer marisco a un bonito restaurante al lado del mar amenizados con unos drag queens que nos ofrecieron un espectáculo horrible. Pero tuvo su momento especial, porque no sé que estaban celebrando estos tais pero todo el mundo se puso a lanzar al cielo como unos globos aerostáticos hechos de papel con una vela dentro y unos centros de flores con un par de velas al mar, supuestamente para propiciar suerte, aunque por el estrepitoso naufragio de varios de los globos, yo no les auguraria mucha suerte a varios de ellos. A todo el mundo le ofrecieron el honor de soltar en el mar los centros de flores, fue un momento bonito verlos a la luz de la luna llena alejarse con nuestros deseos (de momento se me ha cumplido). Monica, la eslovaca, se fue a dormir, pero yo en cambio no me pude resistir a irme a otra playa a celebrar una pequeña full moon party, que era precisamente en el "Tree House", en Lonely Beach. El ambiente me enamoró desde el principio y por la mañana ya estaba pidiendo una habitación por ahí.

Dejemos un segundo la parte personal. Koh Chang puede no estar mal, pero a mí no me gustó, todas las playas tenían un ambiente vacacional, de familias que se van a una playa algo exótica o de viejos que buscan el tipo de marcha que no pueden conseguir de otra forma, pero Lonely Beach es el centro de reunión de los viajeros profesionales, con cualquiera que hables te contará que si viene de la India, de Vietnam, que se va a Australia, que lleva cuatro meses viajando... Yo lo defino como el nuevo estilo hippy, no hace falta llevar unas gafas de sol enormes, fumar porros y llevar ropa hecha de cáñamo, aquí se acepta a todos, no se excluye a nadie, bueno, si no hablas inglés lo llevas mal para relacionarte, y todo el mundo es directamente tu amigo, puedes dirigirte a cualquiera como si ya fuera conocido, empezar a hablar en mitad de un grupo que nunca habías visto... florece el buen rollito por todas partes. Me encantó. Familias y amargados pues abstenerse de ir, y en general, cualquiera que pueda interferir en ese ambiente, veáse el típico inglés que sólo va a la playa a beber y a montarla, que de esas playas ya hablaremos más adelante. El sitio no está abarrotado, hay la cantidad justa de personas que tiene que haber, no demasiadas pocas para decir que aburrimiento, pero todo es bastante relajante con la posibilidad de conocer a muchas personas que comparten el hobby de viajar y relacionarse con el mundo. Aunque por la noche siempre hay fiesta en uno u otro bar, pero como digo, con las personas justas y necesarias, especialmente en la Tree House, por lo que si uno se hospeda cerca, más vale que le vaya la marcha, porque si no difícilmente podrá dormir antes de las tres. En cualquier caso, yo me hospedé allí por 4€ y no me supuso ningún problema, pero pijos mejor no ir. Algo malo que tiene, aunque es general en Tailandia, es el putiferio, y Lonely Beach no se libra de eso, aunque no es tan acentuado como en otros sitios y se puede vivir paralelamente sin que moleste en absoluto. Yo personalmente hasta hice algunas amigas putillas sin ánimo de lucro.

Volviendo al plano personal, compartí mi tiempo con una pareja de holandeses repetidores, a parte de que en un par de días todo el mundo resulta familiar y ya has hablado con la mitad. Ambas partes disfrutamos y en seguida nos tratábamos como viejos conocidos, porque es lo que tienen las relaciones cuando se tienen las mismas aficiones o sobre todo se está en la misma situación. Nos recorrimos la isla en moto y concluimos que éramos muy afortunados de estar en el sitio que estábamos porque no había nada comparable en ambiente. Sí que vimos una playa de esas bonitas y solitarias, pero eso sólo vale para un rato, hace falta la gente. Otro día fuimos a hacer snorkeling, pero no resulta muy interesante en esa isla y más si se van a visitar otros sitios mejores, como ya comentaré.

Un juego gracioso que se practica en toda Tailandia, especialmente en las fiestas es “con qué chancletas me volveré a casa”, es como el juego de las sillas, cuando llegas a un sitio dejas las chanclas en la entrada y cuando sales te coges otras porque probablemente las tuyas ya no están. La primera vez desconocía el juego y me quedé un poco indignado de que alguien fuera tan ruin de robarte las chanclas, pero en seguida lo comprendes y resulta incluso gracioso, además curiosamente al día siguiente volví a recuperar las mías y comprobé que las que cogí yo en su lugar desaparecieron, espero que fuera el dueño. Todo el tiempo que estuve en Tailandia jugué a esto y ahora que ya me he ido ya no tengo ninguno de los dos pares con los que llegué allí, pero me he quedado con solo unas pero mejores que las que tenía, después de haber tenido unas cuatro generaciones de chancletas diferentes.

En conclusión es un sitio donde uno se puede encontrar completamente a gusto y feliz. Volveré

 

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