Si soy un loco por vivir esta aventura, ¿qué son los que tienen sueños y no los cumplen?

jueves, 15 de mayo de 2008

Culiacán

Zaragoza 15/05/08

Después de San Diego fui a Tijuana de nuevo sólo para coger el avión a mi siguiente objetivo, el reencuentro con mi pequeña mexicana de Shanghai, Carla. Para ello me tuve que desplazar hasta su ciudad natal, Culiacán, la cual desgraciadamente no posee gran atractivo turístico. En México es famosa por ser la capital del cultivo, tanto de hortalizas, y con orgullo por ello llevan un tomate en la matrícula, como de droga. Eso hace que a menudo se hable de ajustes de cuentas, de “balaceras” (tiroteos) y que se vean muchos “buchones”, los hijos de los narcos que se pasean con ostentosos coches y ropa sin quizás mucho gusto.

Aunque no hicimos gran cosa allí, para mí fue un gustazo el reencuentro con alguien conocido y comer comida rica y variada después de tanto tiempo. Al respecto, al final saqué como conclusión que México es el país en el que más me ha gustado la comida de todos los que he visitado en mi vida. Fui sin soportar el chile y ahora me encanta. Una cosa que probé muy original en Culiacán fue el sushi mexicano del Sushi factory, mucho mejor que el auténtico, mucha variedad, rebozado, por ejemplo, o con aguacate, setas… Otra cosa de la que disfruté todo el tiempo fue de la impresión y relajación de escuchar y hablar sólo en español, se me hacía realmente raro, pero agradable.

Un par de días fuimos de “antros”, es decir, a la disco, y si bien los garitos eran un tanto “fresa” (pijos), estaban bastante chulos, aunque no soy partidario de llenar todo de mesas y que no haya sitio para bailar. Me pareció muy singular la música en ambas ocasiones, porque, aunque como en toda disco ponen algo de electrónica comercial, cerca del final, que por cierto es muy pronto, como las dos o las tres, les empieza a dar la vena ranchera y pinchan grandes éxitos de la música folclórica que todo el mundo canta dejándose la vida. Resultaba bastante chocante la imagen de gente bien vestida, todas las chicas con tacones y tan arregladas, las mesas con los sofás todo bonito, la oscuridad con las inquietas luces de colores y luego todos parados cantando a pleno pulmón como si fueran las fiestas del pueblo con los mariachis, no pegaba nada. Curioso que por lo menos el 90% de la música era en español, hasta la electrónica.

El domingo finalmente partimos toda la familia para disfrutar de las vacaciones de Semana Santa, que después de este estresado año bien merecidas tenía. Salimos cuando Carla terminó de hacer su último examen… ¡por Internet! ¡Ay! ¿Qué digo?, si al final no le dio tiempo y se lo hizo una amiga por ella. [lo siento Carlis, si no lo cuento reviento :*]

 

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