Si soy un loco por vivir esta aventura, ¿qué son los que tienen sueños y no los cumplen?

jueves, 24 de abril de 2008

Los Angeles, introducción a los EE.UU.

Vancouver 24/04/08 (hoy hace un año bisiesto que partí)

La palabra California yo pensaba que venía de calor, pero al llegar a Los Angeles, para el día de los enamorados, me di cuenta de que el invierno sí que existe allí también. Me costó acostumbrarme porque llevaba desde el invierno pasado sin saber lo que era bajar de diez grados ya que cuando era invierno en el Hemisferio Norte, yo estaba en verano en el Sur.

Lo segundo que me llamó la atención fue que el español estaba presente en todos lados, carteles, radio, televisión y sobre todo en restaurantes y en la gente, porque quizás la mitad de la población es hispana, hasta el alcalde es de ascendencia mexicana. Fácilmente puedes pasar un día sin hablar ni escuchar inglés.

Lo tercero que resalta es que no te enteras de cuánto miden, pesan u ocupan las cosas, porque todo está que si en millas, libras o galones. Es una mierda.

Otra cosa que llama la atención es el tema de los coches, pero ¿hace falta que comente lo de los monstruos que utilizan a modo de automovil? Las camionetas 4x4 que chupan 30 litros a los cien y las limusinas están a la orden del día.

Luego cuando vas a comprar tienen algo que me revienta, que tú te compras algo que vale un dólar, vas a pagar con tu dólar preparado en la mano y te dicen que son $1.16, porque por lo general no incluyen los impuestos en el precio. ¡Aaarg, cómo me fastidiaba! Así está todo lleno de monedas de un centavo tiradas por todos lados; apuesto a que si te dedicaras a recogerlos todos te daría para comer cada día.

A mí siempre me gusta probar las cosas típicas de cada sitio que visito, así que evidentemente siempre como comida tradicional. Allí no fue menos y me ponía hasta arriba de Mc Donald's, Burriking y sobre todo el bendito Subway. La cosa estaba clara, con los "value menu" con ofertas como una doble con queso por un dólar (más impuestos, por supuesto), tú dirás, que no estamos como para irnos de restaurantes todos los días. Incluso llegué a confeccionar comidas completas a base de una ensalada, como primer plato, hamburguesa de segundo, si me animaba incluso dos, y tarta de manzana de postre y por unos $4. En serio que es increíble la cantidad de comida rápida que hay, exagerado.

Lo que también era de esperar es lo de la gente que te puedes encontrar por la calle, porque es todo un show. No hay vagabundos como los de Estados Unidos, eso está claro, porque en cualquier otro lugar van a su rollo, sin meterse con nadie, pidiendo y todo eso, pero allí van gritando, hablando solos, vistiendo estrafalariamente o cualquier cosa que sea, pero no son capaces de hacerse pasar desapercibidos. Por ejemplo, una vez iba en el autobús, que siempre te encuentras a un 80% de negros un blanquito perdido y el resto mexicanos, y un negrata de dos metros bien grandote y con el labio partido, vete tú a saber por qué, empezó a cantar a capella gesticulando exageradamente como si fuera un galán mirando fijamente a la gente, especialmente a mí, que le mantenía la mirada y sonreía por la cómico de su actuación, hasta que incluso me cantó casi en exclusiva una canción. No es que buscara limosnas en absoluto, simplemente le dio el punto.
En el tema mendigos se puede ver de todo, en el space hay un par de fotos de Hollywood de uno sentado en un banco con los pantalones medio bajados y otro tirado en el suelo con botas de invierno, falda, gafas de sol y peluca blanca.
Por San Francisco había una calle que yo mismo me dije que evitaría porque una vez que pasé por allá vi a unos policías registrando a un negro y el otro en plan de "eso no es mío, agente", y todo eso, otra llamando puta a gritos a otra, drogadictos por un lado, vagabundos con el carrito por otro, pandillas de negros en una esquina y tal, toda una imagen de ese bonito país.
Caminando por Sunset Boulevard, me tropecé con otro de tantos personajes, que casualmente también llevaba el labio partido y sangrando, pero con razón, porque lo primero que hizo fue lanzarse a mí y empezar a abrazarme emocionado, lo segundo comenzó a leerme la Biblia, luego me decía que Jesucristo iba a venir pronto, que lo ponía ahí y por último quería que repitiera con él que Jesús era el Señor y mi salvador o algo así. Siendo ese país, me pareció todo de lo más normal.

Mi madre teía un miedo injustificado a que me pasara algo cuando estaba con Asia, pero aunque Estados Unidos sea primer mundo y "civilizado", entre la gente y los policías que hay, que no son poco peligrosos como quedó demostrado, el país lo clasificaría de los más inseguros. Para ejemplo, un día estando en Inglewood, en Los Angeles, con otros dos chavales, es decir tres hombres, esperando una hamburguesa en la ventanilla de un fast food por la noche, se nos acerca un policía a preguntarnos que qué hacíamos allí, que si nos sabíamos que nos podían "matar", que seguramente nos atracarían, pero eso, que nos podían matar. En pocos sitios te pueden dar un aviso como ese.

 

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