Si soy un loco por vivir esta aventura, ¿qué son los que tienen sueños y no los cumplen?

sábado, 26 de abril de 2008

Los Angeles y Hollywood

Vancouver 25/04/08

Hay varias cosas de Los Angeles que tienen fama, pero nada más, Bel Air y Beverly Hills son un ejemplo. Vale que tienen algunas casas de impresión, que siendo que cualquier casita en la ciudad vale fácilmente un millón, ni me imagino el precio de las mansiones. La cosa es que el vecindario no tiene nada, ni un parque, ni ningún comercio cerca, ni si quiera acera por la que puedas ir andando, por lo que es, como suele pasar en Estados Unidos, imprescindible tener coche. Al parecer es poco menos que por ley en ese país que las cosas estén lejos y el transporte público sea deficiente, así fomentan el consumismo. Debe ser bastante aburrido ser rico y vivir por ahí, porque realmente estás aislado y no puedes tener contacto con los de tu propio vecindario.

Otra cosa decepcionante es sin duda Hollywood, y ni que decir del cutre cartel de las letritas, que ni tienen iluminado. Sí, hay estrellas con nombres en el suelo, ¿y qué?, en el suelo también hay vagabundos tirados y a nadie le parecen maravillosos. Lo que sí, que todo gira entorno a la industria del cine, la televisión y todo ese mundillo. Eso es lo que tiene de especial, realmente te das cuenta de que eso no es una ciudad normal, es una fábrica de cine, puedes ver cualquier cosa relacionada con eso, anuncios de castings, academias de artes, rodajes de películas en la calle, gente en busca de extras... Casi sin querer puedes acabar en una peli por andar paseando por ahí.

Cosas que sí están bien de allá son por ejemplo la playa de Santa Mónica. El cómo la visité es confidencial, pero lo que sí puedo decir es que está bien porque es bien ancha y grande. Con la rasca que hacía no era cuestión de bañarse, pero en verano me la imagino llena de gringas en bikini y montón de surferos y tiene que estar genial.

Otra cosa que está muy bien es la U.C.L.A., la reputada universidad. Es enorme y preciosa, con edificios antiguos y unas instalaciones deportivas que asustan, pero mucho, no sé cuantas pistas de tenis, dos campos de hierba de los de Oliver y Benji, que no llegas a ver el final, y un estadio de baloncesto bien serio, que caben unos cuantos miles de espectadores. Como añoro mis tiempos de universitario, me metí en una clase de estadística. Ahora puedo decir que he estudiado en una prestigiosa universidad de los Estados Unidos. Qué gracia que al final nos hicieron examen y todo. (Padres, que sepáis que suspendí, pero prometo estudiar más la próxima vez). La verdad es que lo dejé en blanco y no lo entregué. Fue gracioso que en la clase de matemáticas de antes me asomé y cuando estaban explicando las propiedades de los logaritmos la profesora escribió "log2(9)+log2(4)=3+2=5=log2(36)", el que sepa un poco se dará cuenta de que algo no encaja, la profesora se dio cuenta también, pero no fue capaz de corregirlo, y continúo diciendo algo así como, bueno, que da igual, ya sabéis como es. (Solución: cambiar el 9 por 8 y por consiguiente el 36 por 32).

El por qué fui a la universidad, aparte de por afición y que me parece interesante por varias razones, fue porque iba en busca de la clásica fiesta universitaria yankee. Ese día no la encontré, pero llegué a ver la zona cero, es decir, donde hubo una el día anterior. El sitio estaba genial, aún había comida por ahí, tenían surtidor de refrescos, las paredes pintadas con mensajes del tipo "estoy borracho", "yo más", "las fiestas de las demás casas apestan"..., y bueno todo estaba un tanto patas arriba. Prometí volver, pero eso ya fue después de San Francisco y lo contaré en otro post.

 

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